En el pueblo había solo unos gemelos, los cuales eran apodados como los gemelos malvados,
ya que siempre eran la causa de todo lo malo que pasaba allí, por
ejemple, uno de sus juegos preferidos eran matar a los gatos y perros
del pueblo. Un domingo, un anciano muere en su casa.
Mientras el cura y el policía se encaraban de ultimar los detalles para
trasladar el cuerpo al cementerio, los gemelos espiaban desde la ventana
trasera, esperando ansiosos a que se retiren, para así poder ver al
cuerpo más de cerca. Una vez terminado, el cura y el policía colocan el
cuerpo dentro del ataúd, lo cierran y van hacia la camioneta para
encenderla, en ese preciso momento los gemelos corren hacia el cuerpo y
no dudaron ni dos segundos para comenzar a molestar al difunto.
Mientras ellos jugaban con el cuerpo, se escuchan pasos, entonces los
gemelos asustados por miedo a que los descubran, se meten dentro del
ataúd. La policía y el cura llevan el ataúd hasta el cementerio, en
donde se realizó la ceremonia.
Nadie se dio cuenta que los gemelos faltaban, hasta la medianoche,
cuando la madre alertó sobre esto. Todos en el pueblo los buscaban, en
un momento a la policía se le ocurrió que quizás los gemelos estén en el
ataúd, ya que sabían cómo eran ellos y aparte por que el ataúd
curiosamente estaba muy pesado en el momento del traslado.
Efectivamente, luego de sacar el atad, descubren que allí estaban
aferrados al cuerpo, sin vida.
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